Capítulo IV
Con sangre de mercenario
Me vuelvo a poner
la capucha de mi capa mirando hacia ambos lados de la calle Schulstraße con
Lazarettstraße sabiendo exactamente en donde están en estos momentos las
hembras humanas a las cuales busco.
Sip, estoy en la
puta Münster, hogar de los vampiros nobles de la raza.
G.E.N.I.A.L.
Pero de eso nada
importaba, esta noche tenía una misión que realizar en la casa de prostitutas más
famoso dentro del perímetro. Dos humanas entrometidas habían cometido el peor
error de sus vidas al querer chantajear a su jefe diciéndoles que sabían su
secreto.
Oh si, el Bordell
[burdel] era de un vampiro noble que tenia tratos con humanos para poder
acrecentar la fortuna familiar.
Que nooooble,
¿verdad?
Mirando al
farolero que caminaba con un candelabro
lleno de velas en su mano haciéndola parecer prendida me vienen todos los putos
recuerdos desde esa noche donde mate a mi primer lesser... y en donde también
comprendí que era más anormal de lo que en un momento pensé.
Totalmente
anormal.
Después de la
pelea que tuve, no lo pensé demasiado para saber en donde exactamente podría ir
para buscar la información que necesitaba y así para entender que era todo lo
que había pasado. Y no solo en cuanto a la mano brillante, sino también al
hecho que algo había ocurrido para que nadie nos viera mientras peleábamos.
Eso en si ya era
raro de cojones.
Así que esa misma
noche comencé a desmaterializarme de lugar en lugar, solo escondiéndome en
cuevas o casonas abandonadas en los bosques de las ciudades de Francia cuando
salía el condenado sol, no me importaba mucho descansar, pero el sol te obliga
a hacerlo, quieras o no. Simple.
Solo una vez pare
en mi viaje a Alemania, en Luxemburgo en la ciudad de Mersch, pero solo para
poder alimentarme de alguna hembra y retomar fuerzas antes de continuar en mi
viaje, mezclando la desmaterialización como robando caballos para seguir mi
camino lo más rápido que podía en ese momento.
Todo el jodido viaje me tomo casi dos meses
antes de poder pisar tierra Alemana, y una vez lo hice comencé mi búsqueda.
Alguien tenía que saber dónde diablos había información sobre todo lo
acontecido dentro de la raza. Si que comencé buscando por muchas ciudades en
Alemania como Mannheim, Mainz, Frankfurt
am Main, Düsseldorf entre otras antes de llegar a Münster en donde encontré
justo lo que buscaba mientras me alimentaba de una hembra.
Justo como había
pensado en ese momento, cuatro meses habían sido más que suficientes para poder
conseguir algún condenado macho que tuviera la información que necesitaba para
saber que mierda estaba ocurriendo conmigo y que eran todos esos fuegos
artificiales en mis manos, pero sobre todo cuando me había transformado en un
vampiro invisible... o mejor dicho en el vampiro con manto invisible.
Y lo conseguí.
La hembra que
había conseguido para alimentarme no solo era una vampira prostituta de nuestra
raza, sino resulto siendo también “la madamme” del Bordell y fue ella quien me
dio la información que necesitaba cuando ocupe un pequeño truco mental que me
di cuenta que tenia.
Ahora no solo mi
mano brillaba como una luciérnaga, ni tampoco solo podía meterme en una jaula
invisible, sino que también me di cuenta que puedo escuchar los pensamientos de
los demás cuando quiero… y cuando no.
Y eso es
exactamente fue lo que ocupe de ella, metiéndome en sus pensamientos mientras
bebía de la hembra, extrayendo quien era el dueño del prostíbulo y la nobleza
de su linaje de sangre, pero sobre todo, datos sobre su ubicación acá en
Münster.
Una vez obtuve
todo lo que necesitaba para saber a quién diablos acercarme y acechar todos sus
movimientos durante la noche; y un día solo lo atrape y lo obligue a darme la
información que necesitaba aprender y conocer mas quien – o en realidad que –
era yo.
Y por primera
vez, los tatuajes ayudaron en el proceso.
El macho de raza,
llamado Kirjert hijo de Maksimb fue el afortunado idiota que tuvo que darme la
información que exactamente necesitaba.
Aprendí todo lo
que necesitaba sobre los poderes especiales que tengo gracias a unas Crónicas – diecisiete malditos volúmenes
de la historia de los vampiros en la antigua lengua, que podían ser tan
divertidas como leer las ruinas de los mayas –
y así pude comprender que el hecho de que el padre idiota que tengo al
tener un poder intelectual elevado hace que mi mente sea aun más desarrollada
que la de él mismo y lograba penetrar la mente de cualquier humano o vampiro, así
logro leer los pensamientos; y también pueda ser el causante de esas imágenes
de muertes que convincentemente son hechos que ocurrirán en un puto futuro
próximo. Sin equivocación alguna. Que ese manto de invisibilidad no es otra
cosa que algo llamado Mhis, y que mi
mano tiene mucho que ver con ese poder, ya que es un ente poderoso en si por el
poder de descarga eléctrica y fuego, pero sobre todo que debo mantener
jodidamente lejos de cualquier cosa, persona, animal o colmillos, sino se
incinerarían al instante... como les sucedió a los guerrero y el herrero del
campamento.
Aunque lo que es
más bizarro de todo lo extraño, es que este tipo de poder solo lo tiene la
Todopoderosa Virgen Escriba, la entidad creadora y madre de la raza colmilluda…
Por un momento me
quedo pensando en eso, mientras estoy ubicado debajo de uno de las cuantas
casonas que están ubicadas frente al Burdell en completa oscuridad, en donde
están las hembras que deben ser muertas por mi mano, con la capucha de mi capa
escondiendo mi rostro, mientras pensamientos diversos pasan por mi cabeza al no
entender ni mierda como pude tener esos poderes que son únicamente de la Virgen
Escriba… ¿acaso será que me maldijo con esta mierda por no haberme comido toda
la comida?
Una pequeña
sonrisa sarcástica se forma en mis labios al pensar en esa mierda; seguramente
no supo a quien cagar y no encontró a nadie mejor que a un jodido huérfano de
madre e hijo de un maldito sádico
pervertido.
Me saque la puta
lotería.
Camino por la
calle de tierra hasta que llego a la parte menos iluminada del local,
rodeándolo, para ver por la ventana en donde se pueden encontrar las hembras
humanas que Kirjert pidió que desaparecieran del mapa de inmediato, y que no solo
servía borrarle la memoria.
Las quería
muerta.
¿Ahora como
mierda termine siendo un mercenario de un idiota noble?
Fácil.
Yo necesitaba
información difícil de conseguir, él la tenia.
Yo necesitaba
alimentarme de una hembra, él la tenia.
Yo necesitaba
monedas y transporte, él lo tenía.
Él necesitaba un
asesino… yo lo era.
Observo hacia
donde está la hembra de cabellos rubios de la cual me alimento, Clarizce, viendo
como maneja un látigo con el que se suele golpear a los caballos mientras se
viaja en carruaje, aunque ella lo utiliza para golpear a las prostitutas o
sirvientas cuando no hacen lo que ella desea.
Le golpeo la
ventana con los nudillos, llamando su atención y solo realizando un
asentimiento cuando me ve. Ella sabe que tiene hacer al momento.
– Naila, Alita,
kommen sofort [Alita, Naila, vengan de inmediato] – Vuelve a mirarme por la
ventana, cuando me estoy alejando mientras veo como llegan corriendo las
mujeres.
Solo me pongo a
escuchar qué diablos es lo que les dice para sacarlas de la casona, en donde su
peor demonio estará esperándolas.
– Wir haben nicht
kleben, Liebe, haben nichts getan [No nos pegue, ama, no hemos hecho nada] –
Solloza una de ellas, escuchando su nerviosismo en el tono de voz.
– Sie wissen,
dass wir irgendetwas tun können, Clarizce [Sabes que no nos puedes hacer
absolutamente nada, Clarizce] – Dice la otra mujer con una arrogancia increíble
en su posición de homo sapiens.
Esa debe ser la
famosa Naila, la que se atrevió a chantajear a Kirjert sin ningún puto pelo en
la lengua.
Entonces la otra mujer debe ser la cómplice, Alita.
– Dumme Schlampe,
reize mich nicht [Estúpida perra, no me provoques]
Arqueo una ceja
al escuchar como Clarizce pierde los estribos con la humana, ahora entiendo el
porqué el afán de ella de querer verlas muertas a ambas, pero destrozada a la
mas lengua suelta.
– Die Liebe, die
Sie beide auf der Suche nach mehr Feuer in Holz hier müssen die Kunden Wärme.
Und du paar Narren sind die Scheiße, die machen [Las quiero a las dos afuera
buscando leña para mas fuego aquí dentro, los clientes necesitan calor. Y
ustedes, par de imbéciles, son la mierda que lo hará]
– Und warum nicht
Ihre ... Clarizce? [¿Y porque, no vas tu... Clarizce?]
Me acerco un poco
a la ventana al escuchar esas palabras tan arrogantes de la hembra morena,
viendo como está muy cerca de Clarizce, casi nariz con nariz mientras que la otra
humana de cabello color chocolate estruja sus dedos, nerviosa a cagar. Me fijo
en las manos de la rubia, como aprieta el palo del látigo y sabiendo como la mierda
de bien las ganas que tiene de ahorcarla con sus propias manos.
Sip, una perfecta
imagen me llega desde la vampira matando a la humana.
– Naila,
geschweige den… [Naila, solo vamos] – La otra humana comienza a suplicar casi
en un sollozo a la deslenguada –... komm schon, bitte [Vamos, por favor]
Niego con la
cabeza escuchando a las dos hembras discutiendo en voz baja mientras me toco la
barba crecida. Observo hacia donde están las tres mujeres, observando con la
cara de odio que las mira Clarizce mientras que las otras dos continúan
hablando.
– Machen Sie keine Probleme mehr jetzt, lass
uns gehen, schon? [No hagas más problemas ahora, vámonos, ¿ya?]
– Nur dieses eine
Mal... [Solo por esta vez] – Le dice a
Alita, pero de reojo, casi por encima del hombro, mira a Clarizce con los ojos
brillando de provocación –…Vampir [Vampira]
Un sonido gutural
sale de detrás de la garganta de la rubia, evitando mostrarle los colmillos a
Naila, apretando fuertemente el palo del látigo mientras le sisea.
– Verdammt Hündin.
Du wirst in der Hölle schmoren, Hure. [Maldita perra. Te quemarás en el
infierno, hija de puta]
La otra hembra
solo sonríe con malicia tomando la mano y entrecruzando los dedos con la otra
humana, que al parecer es la más conciliadora… o la mas sumisa, mientras pasa
por el lado de Clarizce.
La rubia me mira
por el hombro asintiendo aun con imágenes mentales de cómo ella misma
destrozaría el cuerpo de la humana.
Antes de
apartarme del vidrio logro ver un reflejo que me deja observando un par de
segundos, pegados a esos ojos diamantinos brillando, llenos de… nada, ninguna
emoción en particular haciendo que me vea lúgubre como el infierno con el
cabello largo amarrado con una cinta de cuero que deja que algunos mechones
negros se escapen, y la capucha tapándome hasta los ojos, escondiendo los
tatuajes, solo dejándose ver esa barba que me hace ver tan diferente al macho
de hace más de ocho meses.
Mierda.
Desenvaino la
espada con manilla de plata con florituras tribales, que le arranque de las
manos a Kirjert cuando lo atrape debajo de ese puente en donde estaba tirando
con una puta humana, cuando escucho abrir la puerta. El olor a hembras,
perfumes baratos, comidas dulces y a sexo que desprende el lugar cuando está
abierto es casi desagradable a mi olfato.
– Alita, sollten
wir schicken sie ... weil wir wissen, sie sind. Wenn Sie nicht zu lehnen, jetzt
zu sterben, wenn wir alles, was wir wollten schon immer mal haben [Alita,
nosotros deberíamos mandarlos a ellos... porque sabemos que son. Si que no te
eches a morir ahora, cuando podemos tener todo lo que siempre hemos querido]
– Ich weiß, Frau,
aber nicht einfach. Clarizce ist gefährlich, sah man diese Zähne ... Ich liebe,
wenn ich das Milla trank sah, war... war unheimlich. Wir wollen nicht, dass auf
uns übergehen. [Lo sé, amiga mía, pero no es fácil. Clarizce es peligrosa,
viste esos colmillos... viste al amo cuando estaba bebiendo de Milla, fue...
fue terrorífico. No quiero que eso nos pase a nosotras]
Comienzo a
seguirlas mientras las oigo hablar, realmente la hembra de cabellos color
chocolate esta jodidamente nerviosa, a diferencia de la mujer de rostro
anguloso y moreno que solo se ve feliz por el descubrimiento, viendo el
potencial que tiene todo aquello.
– Wir geben sie nicht... Ich werde nicht
zulassen niemand verletzt. Du wirst sehen [No nos pasara... no dejare que nadie
nos haga daño. Ya lo veras]
– Nur ich hoffe
es. Möge Gott auf uns hören. [Solo eso espero. Que Dios nos escuche]
Acecho a las
mujeres sigilosamente, todo movimiento sin ningún sonido de alerta mientras
ellas continúan su camino, empezando a conversar de trivialidades sin saber que
un demonio peor del que se han visto enfrentadas hasta ahora, está justo detrás
de ellas. Solo esperando.
Solo siguiéndolas
hasta estar lo suficientemente lejos de cualquier urbanización que joda la
matanza de las hembras.
De repente Alita
se queda callada mientras se gira rápidamente, mirando hacia donde estoy yo,
pero sin ver ni mierda.
– Was passiert? [¿Qué pasa?]– Le pregunta la
morena mirando hacia todos lados pero también sin ver nada, que demuestre mi
presencia.
– Sie wissen nicht, aber ich fühle mich, seit
wir, dass wir uns nach links [No lo sé, pero siento desde que salimos que nos
están siguiendo] – Continua girando sobre sus pies, mirando hacia todos lados.
Hasta a la copa de los arboles, pero aun así no ve nada.
Con una risa, la
morena le toma la mano, zamarreándola un poco en el proceso.
– Du bist nur
nervös, Alita, ist absolut nichts, nichts passiert nie hier. [Solo estas
nerviosa, Alita, no es absolutamente nada, aqui no pasa nunca nada]
– Ja, okay,
vielleicht auch nur, dass [Si, está bien, tal vez sea solo eso] – Le responde
aunque no muy convencida.
Hembra
inteligente.
Las sigo hasta
que estamos retirados de todas las posadas, con un camino más arboleado que
otra cosa. El lugar idóneo para que nadie encuentre sus cuerpos hasta durante
un buen tiempo.
Les llego la
hora, me estoy cansando de jugar con ellas, aunque aprendí bastante cosas de
Clarizce y el hijoputa de Kirjert mientras conversaban.
– Nie. Nie. Blackmail einen Vampir, ein
Mensch. [Nunca. Jamás. Chantajeen a un vampiro, humanas]
El grito de ambas
mujeres es de un terror absoluto, haciendo que todo se mueva a su alrededor a
causa de los animales más pequeños del bosque que salen arrancando y a los
lejos se escucha el aúllos de los lobos.
Levanto una mano
para que los gritos paren de una vez, pero ambas hembras siguen gritando
enloquecidas, mirando hacia todos lados para ver donde mierda correr. Aunque la
escapatoria es imposible.
– Hell, Mensch,
schließen Sie das verdammte Rechnung… [Joder, humanas, cierren el puto pico…]
Ambas salen
corriendo como endemoniadas.
Niego con la
cabeza, sin entender a los humanos. En especial a estas dos que saben nuestro
secretos y aun así piensan que se pueden escapar.
Puta madre.
En un solo borrón
de imagen quedo frente a ambas con la espalda apuntando a la más de lengua
suelta, Naila, quien tiembla como una hoja quebrantada mientras respira con
fuerza y con los ojos llenos de un pánico terrible… Aunque aun así, me apunta
con el dedo índice y la barbilla arrogantemente levantada.
– Nr... können
wir nichts tun. Wir wissen... dass... sie sind. Der... werfen der Kirche...
Nein, wir Gestüt... nichts [No... no nos puedes hacer nada. Sabemos... que...
que son. Los... los acusaremos a la iglesia... No, nos haras... nada]
Niego con la
cabeza, sin entender ni infiernos de dónde saca cojones para atreverse a
hablarme así esta humana. Aunque la verdad me importa una mierda. Debo matarla
y eso es lo que hare.
Con un solo giro
de la mi brazo, alejo su cabeza del cuerpo con un corte limpio. El cuerpo queda
durante un par de segundos parados antes de caer secamente contra el lodo de la
carretera del bosque. La cabeza al contrario queda cerca de unos árboles
grandes. Sin poder evitarlo, observo el rostro de la hembra salpicado de sangre, que aun muerto sigue con
su arrogancia.
Giro la cabeza
lentamente hacia donde se encuentra la otra humana, mirando aterrorizada hacia
mí y hacia el cuerpo descabezado de su compañera. Sus ojos se llenan de
lágrimas mientras tiembla de pies a cabeza.
– Töte mich
nicht, bitte mich nicht töten [No me mates, por favor, no me mates] – Solloza,
abrazándose a sí misma, sin ser capaz de correr.
– Ich werde es schnell zu tun, der Mensch. [Lo
hare rápido, humana] – Le digo en una promesa que sé que puedo cumplir.
Ella cerrando los
ojos mientras llora y reza a su Dios, asiente, antes de que con un nuevo giro
de mi mano, cortara la cabeza de la hembra rápidamente. Indoloro.
Al igual que su
compañera, su cuerpo queda levantado un par de segundos antes de caer al mismo
lado; y su cabeza hacia el otro lado de la carretera del bosque, con el rostro
sereno, a pesar de sus ojos cerrados y lagrimas aun pegadas en las mejillas.
Tomo ambos
cuerpos y los lanzo hacia un poco más al fondo, entremedio de todos los
matorrales y arboles de alrededor para que no se encuentren jamás. Vuelvo hacia
donde estaban las cabezas de las hembras y las meto dentro de una bolsa, como
respaldo de que la petición fue hecha como debía ser.
Con un gruñido de
suspiro, agarro bien la bolsa y me desmaterializo hacia el Bordell, en donde
debe estar Clarizce y Kirjert esperando su regalo.
Malditos sádicos.
Aunque tú no te quedas atrás, fuiste tú quien las
mato, si que no jodas. Eres igual al Bloodletter. Igual de enfermo y maldito.
Una voz en mi
cabeza me dice, haciendo que quede congelado en el lugar, apretando la bolsa
hasta que mis nudillos quedan blancos.
Sacudo la cabeza,
apretando las mandíbulas y me encamino hacia donde están las luces de velas
iluminando la entrada al prostíbulo.
Apenas golpeo con
los nudillos la puerta, esta se abre con una de las empleadas pelirrojas de
Clarizce, sonriendo coquetamente mientras muestra la parte superior de sus
pechos.
– Sie wollen
einen Dienst, mein Herr [Desea algún servicio, mi señor]
Niego con la
cabeza y me retiro la capucha del rostro. La humana de inmediato da un paso
hacia atrás con los ojos abiertos de par en par.
– Clarizce. –
Hablo fuerte para que la hembra, que está a un paso más allá, gire, y eso es
exactamente lo que hace.
La miro fijamente
a los ojos, cabreado, en parte por la mierda que tuve que hacer. Pero bueno, al
final soy un asesino de tomo y lomo… no obstante, eso no significa que me guste
andar matando hembras humanas, aunque estas se lo hayan merecido por intentar
decir que nuestra especie existe y menos en estos tiempos.
Entro con pasos
duros, fijando mis ojos en el macho grande que se encuentra con una humana
sentada en sus piernas mostrando sus tetas a todos los del lugar.
– Ich denke, das
gehört Ihnen. Und Sie werden bezahlt… [Creo que esto te pertenece. Y ya te
encuentras pagado] – Lanzo la bolsa al suelo, abriéndose y dejándose ver ambas
cabezas de las mujeres a la cuales acababa de matar. –… Jetzt können Sie in die
Hölle, Arschloch [Ahora te puedes ir al infierno, imbécil]
Giro en mis
talones cuando un coro de gritos y sollozos de las putas que trabajan en el
lugar, se hace oír fuertemente al ver lo que había en la bolsa.
– Schwachkopf [Idiota] – El macho civil grita, levantándose de su
asiento, acercándose a mí.
Pero antes de que
pudiera ponerme una mano encima, me giro agarrando fuertemente su garganta en
un apretón que probablemente podría matar a cualquiera.
– Versuchen Sie,
und halten mich, verdammt, und ich verspreche, dass Sie schneiden hier, vor
allen Leuten. Du solltest besser lass mich gehen und dieses Problem selbst
beheben, du Stück Scheiße [Intenta detenerme, maldito, y te prometo que te
descuartizo aquí, delante de todos. Es mejor que dejes que me marche y que arregles
este problema por ti mismo, pedazo de mierda] – Le siseo, mostrándole mis
colmillos alargados, sintiendo bajo mi mano como su manzana de Adán comienza a
desintegrarse.
Y sin darme cuenta, bajo la venda de cuero mi mano comienza a
brillar, subiendo por mi antebrazo, haciendo que lentamente comience a caer en
pedazos la tela que uso por protección.
Joder.
Los gritos de las
hembras son cada vez más fuerte. Clarizce ni siquiera es capaz de acercarse
mientras ve como su jefe está siendo atacado por mí, sino todo lo contrario, se
apega más a la pared cuando me ve brillar.
Cuando veo que
los ojos del macho comienzan a ponerse blancos y sus labios comienzan a moverse
lentamente, lo lanzo contra la pared, haciendo retumbar la casona por el
choque. En el mismo instante se agarra la garganta mirándome con unos ojos de
lleno de espanto y horror.
Dando un último
vistazo por encima de hombro al macho aterrado y a las mujeres del Bordell, salgo
de allí, respirando hondamente, llevando todo ese aire a mis pulmones, sintiendo
aun en mis manos la sangre de las humanas. No puedo evitar observar como
lentamente la brillantez comienza a retroceder hasta quedar con esa luminosidad
básica que la cubre.
Mierda, necesito
conseguir algo más poderosa para protegerla. Como un guante de cuero.
Miro hacia todos lados un momento antes de
hacer que todo mi cuerpo no se transforme en nada más que moléculas llevadas
por el viento.
Es hora de irme
de aquí. Como ahora mismo.
Me materializo
justo en donde está la mansión del civil y en donde se encontraba el sotano en
donde estaba alojando mientras estuve aquí. Saco algunas de mis armas y algo
del dinero que había juntado durante he estado libre.
Voy a las
caballerizas en donde se encuentra uno de los mejores caballos que tiene el
pedazo de mierda y simplemente lo agarro, poniendo mis cosas a los lados y me
subo.
Mientras hago
correr al animal comienzo a crear un mapa mental que aprendí en unos de los
cuántos libros que leí durante mi estancia en la mansión. Sabiendo muy bien
dónde diablos ahora me iré.
Es una suerte que
tenga un poder de aprendizaje de puta madre, porque el alemán que aprendí no me
servirá ni mierda a donde voy.
Gran Bretaña,
allá voy.
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