Capitulo I
Mejor solo que mal acompañado.
El golpe en el pecho me hizo tambalear y probablemente
caerme de culo sino hubieran sido por las manos grandes y callosas que me
sostenía en ese momento. Mire al hombre que tenia enfrente directo a esos ojos,
como pozos negros llenos de desprecio hacia mi, con todo el odio que había
estado acumulando durante años, y a pesar de la debilidad y la descoordinación
de cada centímetro de mi cuerpo, la rabia me hizo forcejear con los soldados
que me tenían atrapado, queriendo matar a ese mastodonte hijo de puta de barba
negra y espesa.